El teletrabajo se abre paso como alternativa al concepto tradicional de empresa

Uno de los aspectos irrenunciables del concepto de empresa tradicional está basado en el desarrollo de las actividades propias de una organización dentro de uno o varios centros de trabajo, que la empresa pone a disposición de su personal con las premisas de favorecer el control del trabajo realizado y facilitar la coordinación de las tareas realizadas por sus distintos miembros.

No obstante, este paradigma empresarial, que se ha repetido como un mantra durante décadas al considerarlo como elemento fundamental para garantizar el buen funcionamiento de un negocio, está comenzando a resquebrajarse como consecuencia de las posibilidades que las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación ofrecen al desarrollo del trabajo diario en una gran cantidad de sectores de actividad, concretamente en aquellos en los que no existe un contacto directo y fluido con el cliente final.

Es aquí donde se está comenzando a plantear el teletrabajo, definido por la Real Academia Española de la Lengua como el trabajo que se realiza desde un lugar fuera de la empresa utilizando las redes de telecomunicación para cumplir con las cargas laborales asignadas, como una alternativa eficaz para optimizar la gestión empresarial.

En este contexto, el teletrabajo está ganando fuerza en los últimos tiempos, no sólo en el caso de las grandes empresas, sino también entre el colectivo de autónomos y los nuevos emprendedores, dadas sus ventajas que ofrece en cuanto a la reducción de costes fijos o a las posibilidades de conciliación de la vida personal y laboral.

Además, atendiendo a los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), esta tipología de trabajo supone un aumento de la productividad que oscila entre un 5% y un 25% en comparación con el trabajo tradicional, fruto de la reducción en los costes de tiempo asociados a desplazamientos o a las distracciones habituales que suelen producirse cuando el trabajo se realiza en grupo.

Además, el teletrabajo ofrece una mayor autonomía y flexibilidad en el desarrollo del trabajo diario, a lo que habría que añadir los efectos positivos que supone para la salud.

En este sentido, fuentes especializadas coinciden en la existencia de una tendencia acentuada de los trabajadores por cuenta propia hacia la estructuración de su negocio a partir del teletrabajo, con el apoyo, en caso de que se considere necesario, de unas instalaciones compartidas, tipo coworking o en régimen de alquiler por días, en las que pueda disponer de los equipamientos necesarios para la realización de encuentros comerciales con posibles clientes y proveedores, dado que permite una mejor distribución de la inversión hacia otras partidas necesarias para el desarrollo de su negocio.