¿Qué ventajas fiscales existen para el emprendimiento y el colectivo autónomo?

Una vez que se ha iniciado el plazo para la presentación de la declaración anual del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas correspondiente al ejercicio 2014, hemos considerado de gran interés repasar en este post las distintas deducciones existentes en el presente ejercicio para aquellas personas que han decidido optar por el emprendimiento, se han convertido en trabajadores por cuenta propia o han decidido invertir en una startup.

El colectivo de trabajadores autónomos cuenta con una importante reducción de su carga fiscal, destacando la deducción de un 20% sobre el rendimiento de actividades económicas al que tendrán derecho durante los dos primeros años de actividad, gozando además de la posibilidad de situar su retención del IRPF en un 9% el año de inicio de su actividad y los dos siguientes.

Asimismo, para aquellos trabajadores autónomos que hayan superado este tiempo de actividad, se ofrece la posibilidad de que la retención del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas se sitúe en un 15%, siempre que no facturen más de 15.000 € anuales, fijándose en un 19% para el resto de contribuyentes.

En cuanto al estímulo a los proyectos de emprendimiento, se mantiene la posibilidad de desgravación de un 20% de aquellas inversiones relacionadas con el apoyo a la creación de nuevas empresas, e incluso aquellas de reciente creación, con un máximo de 50.000 € anuales.

Esta deducción es aplicable sobre la cuota estatal, si bien distintas comunidades autónomas han introducido mejoras sobre este aspecto, pudiendo llegar a un 30% de desgravación.

En este punto es conveniente llevar a cabo una reflexión comparativa entre la inversión en planes de pensiones y la posibilidad de inversión en proyectos de emprendimiento o startups, ya que, como expresa Oriol Cordón, director de inversiones de CrowdCube España, en el artículo publicado en la sección de Fiscalidad de la revista Emprendedores.es, “mientras que los planes de pensiones deducen la inversión realizada de la base imponible del impuesto, las inversiones en startups y empresas con menos de tres años de vida tienen una deducción directa sobre la cuota total a pagar en el IRPF”, lo que implica un ahorro fiscal sustancialmente mayor para un nivel similar de aportación.

Otra ventaja es que las ganancias obtenidas en este tipo de inversiones están exentas de tributar si se reinvierten en otras startups.