5 razones para cumplir tu sueño

«Si tú no trabajas por tus sueños, otros te contratarán para que trabajes por los suyos». Esta frase de Steve Jobs es una de mis favoritas, tanto que aún no sé por qué no la he pegado en el frigorífico para recordármela cada mañana. Una cita que debería hacer que nos replanteásemos cuál es nuestra situación actual en el mundo, cuál es nuestro sueño y, sobre todo, la manera de conseguirlo. Estas 5 razones para cumplir tu sueño pueden ser un buen comienzo.

Tienes un plan

Muchas personas tienen sueños que consideran ridículos por el simple hecho de que la sociedad le ha hecho creer que es una idea sin futuro o menos rentable que un empleo convencional dentro de una empresa. Sin embargo, en este mundo todo es posible siempre que el primer paso sea un plan definido en el que sólo tú crees.

Internet lo hace más fácil

Hace unos años emprender no era tan fácil: se requerían locales físicos, mayores inversiones y atraer a un público concreto costaba mucho más. Por suerte, hoy día las nuevas tecnologías y en concreto Internet y sus redes sociales han permitido que grandes emprendedores puedan dar rienda suelta a su creatividad y apostar por sus sueños gracias presupuestos más bajos y unos medios de difusión más dinámicos que nunca.

El tiempo pasa

Mientras tú te preguntas por qué todo cuesta tanto y te lamentas por una situación laboral que no se corresponde con tus aspiraciones el mundo pasa y, con él, las modas, las oportunidades, la posibilidad de haber acertado y la libertad. Tenlo en cuenta.

Tienes los conocimientos

Si acabas de licenciarte, está claro que tienes los conocimientos necesarios para emprender. En el caso de que no sea así existen cientos de formas de nutrirte, aprender y apostar sobre seguro: formaciones, libros, mucho de autodidacta o la inspiración que pueden suponer para ti otros emprendedores que ya cumplieron su sueño (blogs, conferencias. . .).

Tienes dinero para hacerlo

No nos engañemos, el dinero es importante a la hora de cumplir ciertos sueños. Lo peor reside en el hecho de que tú tienes los ahorros suficientes para apostar por un proyecto pero el mundo (y tú mismo) te ha autoconvencido de aprovecharlo mejor en esa casa que ya tendrás tiempo de comprar o unos caprichos que siempre pueden esperar.

¿Te animas a cumplir tu sueño?