¿Trabajar como freelance o empleado?
Cuando abandonamos la universidad, las opciones de trabajo pueden ser muchas, si bien el propio modo de empleo se divide a su vez en más de una vertiente. El sector freelance, el cual supone trabajar de forma autónoma mediante encargos, comienza a dispararse durante los últimos años, si bien otros siguen prefiriendo optar por la seguridad que ofrece el trabajar como empleado para una empresa. ¿Quieres saber si lo tuyo sería trabajar como freelance o empleado?
Trabajar como freelance
Hasta hace unos pocos años, la gente no entendía muy bien el concepto de freelance. Sin embargo, las nuevas tecnologías y el auge de empresas en Internet han permitido a muchos profesionales trabajar por cuenta propia, desde casa y bajo horarios flexibles. ¿Cómo? Realizando encargos puntuales para otras empresas, véase haciendo traducciones de documentos, escribiendo artículos o diseñando páginas webs para clientes concretos.
Una forma de trabajo que nos permite una mayor flexibilidad y tiende una mano al emprendimiento, puesto que nos supone realizar una actividad sin intermediarios y sin estar sujetos a otros superiores. Tú eres tu propio jefe y, como tal, las mismas ventajas que reporta este tipo de trabajo también se traduce en unos riesgos que pasan por la posibilidad de no tener suficientes clientes o tener que pagarte tú mismo tus autónomos.
Las dos caras de una modalidad de trabajo que, a pesar de los comienzos inciertos, puede convertirse en una genial forma de abrirte paso en tu sector, especialmente si aumentas tu red de contactos, tienes buenas opiniones de tus clientes y, obviamente, las tarifas son competentes.
Trabajar como empleado
Si, en tu caso, prefieres ejercer una profesión sin asumir demasiado riesgo, trabajar como empleado para otra empresa se convierte en la mejor opción.
Estar asegurado por una empresa, contar con un horario fijo que te permita ordenar tu vida y obtener unos ingresos fijos son los principales beneficios de estar sujeto a las tareas de una empresa consolidada.
Como desventajas, el nivel de emprendimiento es menor en estos casos, si bien igualmente las posibilidades de ascender o abarcar nuevas tareas es más segura si te ciñes a tus objetivos dentro de la empresa y tratas de cumplirlos con esfuerzo.
En otras ocasiones, algunos profesionales llegan a combinar ambas modalidades de trabajo, y aunque el resultado puede ser algo agotador en un primer momento, quizás se convierta en la mejor forma de juzgar por vosotros mismos qué dirección escoger. Siempre, eso sí, en función de tus ambiciones.
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